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En su definición más amplia, la sexualidad es el sentido de placer, es decir, la orientación hacia lo que nos gusta, nos satisface. Cuando oímos música, queremos escuchar algo que nos satisfaga; cuando comemos, queremos algo que nos guste; cuando nos tocan, queremos que produzca una sensación agradable.
La sexualidad es una orientación importantísima en los seres humanos porque nos permite escoger el goce sobre el dolor, la alegría sobre la tristeza, el amor sobre el odio, la vida sobre la muerte.
En el proceso de búsqueda de placer, encontramos momentos de conflicto cuando el placer que yo busco dificulta el placer del otro. En estas situaciones, es indispensable que la sociedad genere reglas de convivencia que equilibren el placer personal con el placer de la comunidad. Este es el gran dilema de la sexualidad humana: el equilibrio ideal para que nuestra orientación al placer sirva tanto para mí como para los demás. El equilibrio se facilita cuando el bienestar del otro me causa mayor placer que el sacrificio realizado.
De todas las formas de placer, el contacto corporal es, probablemente, una de las experiencias más placenteras del ser humano.
La mayor parte de las personas asocian la sexualidad con el sentido del tacto, especialmente, el contacto con partes del cuerpo relacionadas con la genitalidad. Naturalmente, los genitales son una fuente de placer corporal importante, pero no deben ser considerados como los únicos elementos de la sexualidad humana.
La sexualidad es una orientación importantísima en los seres humanos porque nos permite escoger el goce sobre el dolor, la alegría sobre la tristeza, el amor sobre el odio, la vida sobre la muerte.
En el proceso de búsqueda de placer, encontramos momentos de conflicto cuando el placer que yo busco dificulta el placer del otro. En estas situaciones, es indispensable que la sociedad genere reglas de convivencia que equilibren el placer personal con el placer de la comunidad. Este es el gran dilema de la sexualidad humana: el equilibrio ideal para que nuestra orientación al placer sirva tanto para mí como para los demás. El equilibrio se facilita cuando el bienestar del otro me causa mayor placer que el sacrificio realizado.
De todas las formas de placer, el contacto corporal es, probablemente, una de las experiencias más placenteras del ser humano.
La mayor parte de las personas asocian la sexualidad con el sentido del tacto, especialmente, el contacto con partes del cuerpo relacionadas con la genitalidad. Naturalmente, los genitales son una fuente de placer corporal importante, pero no deben ser considerados como los únicos elementos de la sexualidad humana.
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